lunes, 22 de enero de 2024

POR UN VASO DE LECHE

 POR UN VASO DE LECHE

(Cuento cortito)

Hace algunos días cuando desperté a las tres de la mañana, no me extrañó en absoluto ver a Leovigildo en la cocina de la casa.

¿Aun no les he hablado de él?

¡Que mente la mía, con esto de la cuarentena lo había olvidado!

Pues bien, Leovigildo, es un viajero en el tiempo que de vez en cuando llega a visitarme, siempre a las tres de la madrugada.

No creí que fuera importante mencionarlo, porque su única motivación para llegar a casa, hasta hoy pareciera ser, servirse un poco de leche de mi nevera.

— ¿me estás diciendo que viajás no sé cuantos años en el tiempo y pasas por mi casa solo por un mísero vaso con leche?—le pregunté la primera vez que lo vi.

—De donde vengo, las vacas ya no se ordeñan y todo se produce en laboratorios. No tenés idea de lo mucho que ha cambiado el sabor. Aquello con todos los agregados y vitaminas ya ni debería llamarse leche.

— ¿Y vale la pena el costo del viaje?

—Bueno, es que no vengo solo por esto…tu casa es una pequeña parada, una delicia en mi ajetreada agenda… ¡perdón por asaltar tu nevera!

—Bueno, no vale mucho un vaso de leche, podes servirte dos si querés, pero no más porque se enoja mi mujer.

—Gracias, veré de qué modo puedo recompensar tu generosidad.

Bueno eso fue la otra vez, pero ayer que me levanté para orinar y lo vi sentado bebiendo sorbo a sorbo la leche, me pareció un poco preocupado.

— ¿Que pensás de lo que está pasando ahora en el mundos?—le pregunte sin saludar, como haría con cualquiera de la casa.

— ¿Y vos que pensás?—respondió sin verme, leyendo las letras blancas en la etiqueta roja del envase de leche.

—Pienso que hay un plan y un propósito para que cada cosa esté en el lugar y tiempo donde fue imaginada—dije, lanzando un pequeño y mordaz dardo de ironía—algo así como un gran rompecabezas donde somos minúsculas e insignificantes piezas que alguien está armando. Lo que sucede ahora, es como los personajes de mis cuentos... ellos no eligen, yo decido donde ponerlos y en qué situación.

¿Aun se leen en internet mis escritos en tu tiempo?

—Estas en lo cierto y no lo estás.

— ¿Si y no?

—En lo del plan, estas en lo cierto, pero te equivocas en la idea de quién crees que está detrás de todo.

— ¿y cómo sabes quién pienso que está detrás de todo?

—Bueno, porque vos mismo lo escribiste… o lo vas a escribir dentro de algunos años.

— ¿entonces si has leído mis escritos en internet?

—Claro, esto de venir a beber leche a tu casa no es casualidad, he leído casi todas tus letras.

— ¿casi todas?

—Bueno es que algunas son aburridas…

—Me gustan los cuentos, incluso he visitado solo por placer en algunas escapadas que me permite el Vórtice los lugares que mencionas en algunos.

—ya, ya, pero decime porque me equivoco en lo del plan ¿Quién está detrás de todo esto?

— ¿Te acordás sobre lo del asunto de los mayas y el fin del mundo en el 2012?

—ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ¿me vas a decir que crees en eso?

“¿de qué te reis? ¿Estás soñando otra ves?”—dijo desde el cuarto mi esposa.

—Ah, no es nada—solo soñaba.

—Mentiroso, estas comiendo de noche de nuevo, no creas que no he notado que a veces falta leche y galletas… no comas mucho que luego estas gritando con pesadillas.

—No, no exactamente, me refería a los ciclos—dijo Leovigildo, cuando oímos roncar de nuevo a mi esposa—El mundo está cambiando, una nueva era comienza y por eso es que me has visto muy ocupado en algunos asuntos.

— ¿Qué asuntos?

—No puedo hablar de eso porque vos todo escribís…

—Of the Record

Cerró los ojos por un momento y luego dijo.

—Esta, bien te diré algunas cosas.

— ¿Qué hacías, porque cerraste los ojos y luego decís está bien, ahora si te cuento algo?

—Revisaba tus escritos en lo que llamas internet.

— ¿Cómo lo hiciste y tan luego?

—Ah, es que hoy la red está aquí—dijo tocando con el índice su frente—recompensaré tu hospitalidad contándote algunas cosas, eso si deberás cambiar mi nombre en el escrito.

—¿Cual escrito?

— El que vas a escribir el seis de abril de 2020, por cierto no vayas a olvidar llamar a tu mamá y felicitarla por su cumpleaños.

– ¿Qué nombre te gustaría?

—Ya que te gusta usar nombres raros en tus cuentos, Leovigildo estará bien…

 

—Miguelan 2020


vaso con leche sobre mesa de madera a media luz


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