miércoles, 1 de noviembre de 2023

EL DIABLO, POR CASUALIDAD

 EL DIABLO, POR CASUALIDAD.

(Cuento)

En el parador de san Pedro… estaba el Diablo.

Con la pierna cruzada, leyendo el periódico y bebiéndose un café.

Me saludó de lejos y me hizo señas con la mano para que le acompañase.

No había sido un viaje cómodo, tanta parada, tanto manoseo, tantos kilómetros y kilómetros…

El hilillo ambarino se diluía en la pastilla desinfectante del bidé mientras me apoyaba con la frente en el perfecto azulejo del sanitario de la gasolinera cercana.

Que belleza de sanitario, limpio, ¡infinitamente superior a los de mi país!

Otra vez el diablo… ya son tres veces que me lo encuentro, y nunca saco nada bueno.

¿Qué diablos querrá el Diablo?

Pasan los siglos y sigo deshaciendo la pastilla azul del Bidé… ¿Por qué azul y no verde?

Bueno ni modo, de todas formas hay cosas peores que sentarse a beber café con el señor tenebroso.

¿Cómo cuáles? me pregunto.

Hace mucho frio, un frio que penetra hasta los tuétanos, ese frio que paraliza el corazón sin que te des cuenta que estas muriendo; un frio que he sentido desde que decidí encender la luz de aquel cuartucho semi-oscuro donde vivía.

(Quien tenga oídos, oiga)

—¿Qué va comer señor?

—¿Cómo llegue aquí? ¿no estaba orinando? ¡Malditas lagunas mentales! –pienso- ¿pero a quien no le pasa que saca con mucho esfuerzo del bolsillo el teléfono para ver la hora y luego de guardarlo se da cuenta que no sabe qué hora es? Y no está del todo seguro si es que olvido la hora, o si nunca la vio.

–¿Que le doy señor? - Insiste la muchacha que está tras el mostrador de comidas.

–Lo mismo que a él por favor – le dije- mientras señalo al diablo.

–Café colombiano y galletas maría… - suspira la muchacha.

–Agregue por favor picadillo de nopal.

Paseo la vista por el amplio salón, esperando que alguien me salve el pellejo, pero no, eso nunca pasa.

Me gusta el Parador, con su aire extraño, y su estilo antiguo; en el centro siempre está la gigantesca campana, que no sé si se usa todavía, más allá, Tia Trudis aconseja a un descuidado primo que no pudo escapar a tiempo.

Disfruto el ambiente; es más de lo que puede pedir (y pagar el mochilero promedio) pero bueno ¿Cuántas veces en la vida se le presenta a uno la ocasión de pasar una noche fría en el Parador de San Pedro?

–¿esencia de lavanda? – pregunto sin saludar.

–¿te agrada? Es un clásico, me gusta también el Drakar; pero, aquí en Méjico no me va – responde mientras me acerca una silla sin levantarse

–¿Qué haces en México? ¿Tratando de ganarte alguna almita?

- Noooooo, no, eso no es necesario, en estos días es más fácil, ellas solitas me buscan, no debo ni esforzarme tanto; si supieras cuanto tiempo libre tengo, quizá te buscarías un trabajo parecido. Además no me interesan estas almas, a mi me interesan los buenos nada mas… En realidad, al igual que vos iba un poco más al norte, pero me dieron deseos de un café y difícilmente se encuentra colombiano en otra parte.

–¿Ibas? ¿No te podes tele transportar o aparecer así como Dumbledore?

–¡Ja, ja, ja, ja! esa Rowlin y sus libros, ¿me gustan sabes?

–Bueno y a quien no…

–Yo se lo sugerí, cuando regresábamos del festival Escocés ese... al principio no quería por aquello de que “muy profundos para los niños y muy sencillos para los adultos”

–Bueno así dicen algunos, a mí me parecieron bastante buenos

–Me di cuenta que venias y como hace rato no te veo… quise tener un poco de buena conversación…

–¿y en cual autobús viajas?

–Bueno yo viajo de aventón… podría aparecerme así como vos decís, pero eso sería muy aburrido. ¿has probado viajar así?

–Una buena conversación… es difícil conseguir hoy en día, parecen haberse extinguido las tertulias, hoy todo mundo está muy ocupado pensando en el futuro, y echando al traste su presente pegados a las redes sociales como moscas –respondí sin contestar mientras veía las mesas llenas de personas viendo sus móviles sin siquiera decirse hola.

–Por cierto no estoy seguro que debas escribir nuestras conversaciones, podría no ser bueno para vos.

–Eso mismo pensé… quizás no lo escriba todo.

—Fuera bueno.

–Qué casualidad encontrarte en un lugar así…

–¿pero porque decís casualidad? Vos mismo escribiste alguna vez que la casualidad no existe.

–Ya sé, ya se, estoy cambiando de opinión a cada rato; pero creo que es parte de crecer.

—entiendo.

—por ahora estoy seguro que todo obedece a una serie de eventos, ya que si aceptamos la casualidad negamos la presciencia del eterno y escupimos en el mismo Orden que vemos. En realidad lo dije por inercia.

-¿sabías que la gente llama casualidad a las reacciones de las cuales desconoce su origen?

La casualidad es la mera ignorancia de las fuerzas que empujan los acontecimientos, Por ejemplo: nuestro encuentro de hoy. ¿Qué lo genero?

–Un viaje –respondo a secas-

–¿y ese viaje?

–Una necesidad… no vamos a llegar al final de eso.

–Si hay un final, un empuje inicial de todos los supuestos casuales –dijo, mientras un arrebol blanquecino escapaba de la taza de porcelana medio llena de café colombiano.

–Bueno, y si no existe la casualidad ¿Qué pasa con las vegas y los juegos de azar?

–¿conoces las vegas?

–No…

–Quizá te invite alguna vez, claro si es que no temes por tu alma.

–¡Olvídalo Satanás! Una cosa es encontrarte sin querer y beberme un café, con vos pero irse de juerga a la las vegas… ¡ni lo pensés!

–Vos te lo perdés… Los juegos de azar, realmente no son de azar, en realidad son números y más números ¿oíste hablar de los contadores? ¿Te has preguntado porque en el póker siempre son los mismos los que llegan a las finales?

–¿me estás diciendo que todo se resume a números?

–No así de aburrido como te lo estas imaginando, sino mas bien como un libreto.

–¿me querés decir que somos simples peones en un tablero de ajedrez donde todo se resume a números y estrategia?

–Vos escribís, sabes cómo funciona eso, imagina por un momento que tus personajes creyeran que las cosas pasan por casualidad.

–¡yo me niego a aceptar un universo sin libre albedrio. Yo puedo hacer lo que deseo, irme o quedarme; beber o no beber café ¿no es eso libertad?

–¿Libertad? Eso depende de tu concepto de libertad… ¿te gustaría viajar por el mundo?

–Claro, ¿y a quien no?

–¿porque no te compras un yate y viajas por el mundo?

–Porque no tengo suficiente dinero.

–Entonces tu libertad está condicionada, no es una libertad total. decis que podes hacer cualquier cosa que se te antoje pero ¿podes explicar el origen de tus deseos? El sapo puede creer que es libre, solamente porque puede elegir cual insecto se traga o no se traga; pero alguna vez ese sapo se ha preguntado ¿Quién controla sus deseos? ¿de dónde proviene su gusto por los insectos? ¿Por qué el buey prefiere comer pasto y el león carne?

–Bueno tampoco vamos a comparar al hombre, la cúspide de la creación con un vulgar y rugoso sapo; ¡nosotros vamos mas allá, podemos distinguir entre lo bueno y lo malo! ¡Y no me vas a decir que el gusto por la maldad proviene del Eterno!

–Vaya, vaya, una paradoja; sin embargo, allí está el detalle, como dijo mi estimado Mario…

¡Dadle al hombre la ilusión del control, hazle creer que él decide, pero instala un patrón en sus genes y una idea en su mente y terminará haciendo lo que tú deseas.

–Ya decía yo nada bueno se saca de hablar con Lucifer. ¿estás insinuando que el hombre es malo porque Dios puso en él una semilla de maldad? El león juzga por su condición, vos como sos malo todo lo ves así.

–¿malo yo? ¿Acaso fui yo quien hizo al hombre? desde pequeño te enseñaron a ver la vida en blanco y negro, pero si ves a tu alrededor te darás cuenta que el universo es una explosión de color y escalas de Grises, ¿pero quién puede decir donde comienza el blanco y termina el negro? ¿Quién puede decir termómetro en mano en que momento termina el calor y comienza el frio? ¿podrá algún ser viviente señalarnos la frontera entre el dolor y el placer? Todo, es relativo, porque todo esta enlazado, de la mano.

–Eso es imposible –le dije mientras veía con preocupación mi reloj bañado en oro.

–¿Lo ves todos los días y aun así le llamas imposible? ¿tu eres bueno?

–Eso trato

–¿si o no?

–No.

–¿Tu eres malo?

–No.

–¿ves? El hombre es el fiel de la balanza, no hay nadie completamente malo, o alguno completamente bueno. Tu Señor mismo le dijo a uno ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno lo es, el Ying Yang oriental es una analogía que representa las fuerzas enlazadas en la cúspide de la creación divina. ¡Por eso es que a mí me gusta el hombre, yo admiro al hombre! (Si, lo dijo así, igualito que en la película) Yo no quiero corromper al hombre soy nada mas un simple espectador que de vez en cuando si se le pregunta puede dar su humilde opinión. ¡El hombre es un Dios caminando sobre la Tierra, pero también es un demonio cuando se lo propone!

–Bueno en todo caso, si podemos elegir–le dije sintiendo que había ganado esa mano.

–Volvemos a lo mismo, hay hombres buenos y malos ¿pero quién puede definir porque se inclina hacia uno u otro lado? ¿o podrá alguno decir cuál es el lado correcto?

–Eso es sencillo de responder, solo hay uno bueno: Dios. Ergo, nada mas debemos preguntarnos ¿de dónde procedemos? Así sabremos cual es el lado correcto.

–Debo admitir que tu intelecto está por encima de la mayoría de los mortales, aunque también has leído bastante y algunas de tus ideas están condimentadas con la mente de los grandes filósofos que ha parido la raza humana…

–Por favor Lucio, no querrás engañar a un mentiroso, ya deja la zalamería, la vanidad no es lo mío.

–Perdón, eso lo hago por inercia…Tu respuesta es elocuente pero tiene una grieta…

–¿cual?

–El movimiento de la energía... ¿en qué dirección se mueve?

Era obvio no hablaba con cualquiera. después de todo mas sabe el Diablo por viejo que por diablo y esa, era una pregunta que no quería responder, así que para ganar tiempo trate de eludirla.

–Bueno tampoco estamos hablando de una batería, no hablamos de energía eléctrica

–Je, je, je, eso no va a funcionar, vos podes tocar un árbol, una roca, el agua de un rio y decís esto es materia porque lo puedo tocar, pero eso sería tan superficial como decir que el hombre es simplemente carne y no un compuesto de órganos y estos a la vez una agrupación de células, que al final vienen a ser lo mismo… energía en movimiento. Átomos agrupados de tal forma que los podes sentir con igual o mayor intensidad, todo es energía, así que decime de una buena vez

¿en qué dirección se mueve?

–En la dirección contraria a su origen.

–¡Exacto, ese es el viaje, en eso consiste el juego!

–Pero nada es lineal, todo debe volver al origen aunque pase por el valle de las sombras, siempre habrá oportunidad para volver a la fuente, no importa lo bajo que se haya caído.

El diablo guardo silencio, se quedo viendo su taza casi vacía por un rato, casi podía leer lo que pensaba pero no dije nada, después de todo, una buena conversación no consiste nada más en hablar sino en saber cuándo callar.

Levante la mano y recorrí con la vista el salón, donde muchos comían y otros revisaban sus correos o simplemente esperaban que amaneciera un poco antes de continuar su camino quien sabe dónde.

–Por favor, si es tan amable denos mas café –dije al mesero roba propinas que estaba parado frente a nosotros- Y un paquete de galletas, pero envueltas para llevar.

Había visto un grupo de indocumentados, sentados en la acera frente a las letras neón del establecimiento, quizá no hubieran comido.

–Leí por allí en uno de esos libros prohibidos que el universo es mental. ¿Qué opinas vos? –preguntó para cambiar de tema- supongo que aquello ultimo lo había tocado.

–Desde el principio de los tiempos, antes que Constantino tergiversara todo, el hombre ha visto a Dios en cada partícula, hoja, rio, montaña, y el mismo David alguna vez dijo: “los cielos cuentan la gloria de Dios” y si recordás la carta a Los atenienses “en él somos, vivimos, y nos movemos.” Tendríamos a fuerza que aceptar que quizá efectivamente seamos un pensamiento en la mente de Dios.

–Veo que has leído mucho el sagrado libro, y eso que no pudiste leer todo lo que Constantino le quitó.

–¿vos si?

–Todo, pero no necesito leerlo yo estuve allí. ¿querés que te cuente algunos cosas que nunca se escribieron?

–Mejor no, así está bien, a veces el conocimiento pesa mucho, mientras más sabes mas sufrís.

–Todo tiene un precio, a menudo lo que poseemos terminamos pagándolo con lo que perdemos –suspiró.

–Adán por tu culpa perdió el paraíso.

–¿por mi culpa? Yo no lo forcé a nada fue su mujer la que lo timó.

–¿Bueno y a su mujer quien?

–Solo estábamos platicando asi como ahora, pero ella… bueno ya sabes como son, quería saber más, que no se qué y que no se cuanto.

–¿por cierto cual era la fruta prohibida? ¿la manzana?

- Ja,ja,ja,ja,ja ¿la manzana? No hombre, el señor ese que pintaba ¿Cómo se llamaba? Fue el de esa estúpida idea.

–La fruta prohibida es el conocimiento ¿no has leído bien? ¡Mientras más sabes mas te alejas del paraíso, el hombre perdió todo por su insaciable apetito de conocimiento!

–No me gusta el génesis, lo siento, lo he leído al paso, por obligación, de todos modos es una lástima, yo personalmente siempre creí que el fruto prohibido era el Café, y que el paraíso estaba en Colombia.

–Je,je,je ¿el café, y el paraíso en Colombia? ¡buena esa!–Dijo mientras lo apuntaba en una pequeña libreta.

–Ya dejando la guasa de lado y si todo esto es un pensamiento… ¿Qué sos vos? ¿un pensamiento en la mente de Dios?

–No hombre, no, yo ni siquiera existo para Dios. Yo soy un pensamiento del hombre, una creación de la mente colectiva.

–¿un pensamiento dentro de otro? ¿Cómo cuando soñamos que soñamos?

–Algo así, una simple excusa de niño para justificar sus malas acciones, el hombre me creo porque me necesita, así como Dios creó al hombre para reflejar su soledad.

–¡Estás loco Satanás! ¿Quién te dijo que Dios esta solo?

***

–¿Hola ché, como te va?

–¿Bien bastante bien, y a vos Azapel?

–Bien… ¿con quién hablabas?

–No hagas caso con nadie, solo pensaba en voz alta, a veces es bueno, deberías intentarlo.

–Pero por favor sentate. ¿has probado el café colombiano?

13 septiembre 2014

 

(…Porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44 )

 

—Miguelan.

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