EL DIABLO, POR CASUALIDAD.
(Cuento)
Con la pierna cruzada,
leyendo el periódico y bebiéndose un café.
Me saludó de lejos y me
hizo señas con la mano para que le acompañase.
No había sido un viaje
cómodo, tanta parada, tanto manoseo, tantos kilómetros y kilómetros…
El hilillo ambarino se
diluía en la pastilla desinfectante del bidé mientras me apoyaba con la frente
en el perfecto azulejo del sanitario de la gasolinera cercana.
Que belleza de sanitario,
limpio, ¡infinitamente superior a los de mi país!
Otra vez el diablo… ya son
tres veces que me lo encuentro, y nunca saco nada bueno.
¿Qué diablos querrá el
Diablo?
Pasan los siglos y sigo
deshaciendo la pastilla azul del Bidé… ¿Por qué azul y no verde?
Bueno ni modo, de todas
formas hay cosas peores que sentarse a beber café con el señor tenebroso.
¿Cómo cuáles? me pregunto.
Hace mucho frio, un frio
que penetra hasta los tuétanos, ese frio que paraliza el corazón sin que te des
cuenta que estas muriendo; un frio que he sentido desde que decidí encender la
luz de aquel cuartucho semi-oscuro donde vivía.
(Quien tenga oídos, oiga)
—¿Qué va comer señor?
—¿Cómo llegue aquí? ¿no
estaba orinando? ¡Malditas lagunas mentales! –pienso- ¿pero a quien no le pasa
que saca con mucho esfuerzo del bolsillo el teléfono para ver la hora y luego
de guardarlo se da cuenta que no sabe qué hora es? Y no está del todo seguro si
es que olvido la hora, o si nunca la vio.
–¿Que le doy señor? -
Insiste la muchacha que está tras el mostrador de comidas.
–Lo mismo que a él por
favor – le dije- mientras señalo al diablo.
–Café colombiano y
galletas maría… - suspira la muchacha.
–Agregue por favor
picadillo de nopal.
Paseo la vista por el
amplio salón, esperando que alguien me salve el pellejo, pero no, eso nunca
pasa.
Me gusta el Parador, con
su aire extraño, y su estilo antiguo; en el centro siempre está la gigantesca
campana, que no sé si se usa todavía, más allá, Tia Trudis aconseja a un
descuidado primo que no pudo escapar a tiempo.
Disfruto el ambiente; es
más de lo que puede pedir (y pagar el mochilero promedio) pero bueno ¿Cuántas
veces en la vida se le presenta a uno la ocasión de pasar una noche fría en el
Parador de San Pedro?
–¿esencia de lavanda? –
pregunto sin saludar.
–¿te agrada? Es un
clásico, me gusta también el Drakar; pero, aquí en Méjico no me va – responde
mientras me acerca una silla sin levantarse
–¿Qué haces en México?
¿Tratando de ganarte alguna almita?
- Noooooo, no, eso no es
necesario, en estos días es más fácil, ellas solitas me buscan, no debo ni
esforzarme tanto; si supieras cuanto tiempo libre tengo, quizá te buscarías un
trabajo parecido. Además no me interesan estas almas, a mi me interesan los
buenos nada mas… En realidad, al igual que vos iba un poco más al norte, pero
me dieron deseos de un café y difícilmente se encuentra colombiano en otra
parte.
–¿Ibas? ¿No te podes tele
transportar o aparecer así como Dumbledore?
–¡Ja, ja, ja, ja! esa
Rowlin y sus libros, ¿me gustan sabes?
–Bueno y a quien no…
–Yo se lo sugerí, cuando
regresábamos del festival Escocés ese... al principio no quería por aquello de
que “muy profundos para los niños y muy sencillos para los adultos”
–Bueno así dicen algunos,
a mí me parecieron bastante buenos
–Me di cuenta que venias y
como hace rato no te veo… quise tener un poco de buena conversación…
–¿y en cual autobús viajas?
–Bueno yo viajo de
aventón… podría aparecerme así como vos decís, pero eso sería muy aburrido.
¿has probado viajar así?
–Una buena conversación…
es difícil conseguir hoy en día, parecen haberse extinguido las tertulias, hoy
todo mundo está muy ocupado pensando en el futuro, y echando al traste su
presente pegados a las redes sociales como moscas –respondí sin contestar
mientras veía las mesas llenas de personas viendo sus móviles sin siquiera
decirse hola.
–Por cierto no estoy
seguro que debas escribir nuestras conversaciones, podría no ser bueno para
vos.
–Eso mismo pensé… quizás
no lo escriba todo.
—Fuera bueno.
–Qué casualidad
encontrarte en un lugar así…
–¿pero porque decís
casualidad? Vos mismo escribiste alguna vez que la casualidad no existe.
–Ya sé, ya se, estoy
cambiando de opinión a cada rato; pero creo que es parte de crecer.
—entiendo.
—por ahora estoy seguro
que todo obedece a una serie de eventos, ya que si aceptamos la casualidad
negamos la presciencia del eterno y escupimos en el mismo Orden que vemos. En
realidad lo dije por inercia.
-¿sabías que la gente
llama casualidad a las reacciones de las cuales desconoce su origen?
La casualidad es la mera
ignorancia de las fuerzas que empujan los acontecimientos, Por ejemplo: nuestro
encuentro de hoy. ¿Qué lo genero?
–Un viaje –respondo a
secas-
–¿y ese viaje?
–Una necesidad… no vamos a
llegar al final de eso.
–Si hay un final, un
empuje inicial de todos los supuestos casuales –dijo, mientras un arrebol
blanquecino escapaba de la taza de porcelana medio llena de café colombiano.
–Bueno, y si no existe la
casualidad ¿Qué pasa con las vegas y los juegos de azar?
–¿conoces las vegas?
–No…
–Quizá te invite alguna
vez, claro si es que no temes por tu alma.
–¡Olvídalo Satanás! Una
cosa es encontrarte sin querer y beberme un café, con vos pero irse de juerga a
la las vegas… ¡ni lo pensés!
–Vos te lo perdés… Los
juegos de azar, realmente no son de azar, en realidad son números y más números
¿oíste hablar de los contadores? ¿Te has preguntado porque en el póker siempre
son los mismos los que llegan a las finales?
–¿me estás diciendo que
todo se resume a números?
–No así de aburrido como
te lo estas imaginando, sino mas bien como un libreto.
–¿me querés decir que
somos simples peones en un tablero de ajedrez donde todo se resume a números y
estrategia?
–Vos escribís, sabes cómo
funciona eso, imagina por un momento que tus personajes creyeran que las cosas
pasan por casualidad.
–¡yo me niego a aceptar un
universo sin libre albedrio. Yo puedo hacer lo que deseo, irme o quedarme;
beber o no beber café ¿no es eso libertad?
–¿Libertad? Eso depende de
tu concepto de libertad… ¿te gustaría viajar por el mundo?
–Claro, ¿y a quien no?
–¿porque no te compras un
yate y viajas por el mundo?
–Porque no tengo
suficiente dinero.
–Entonces tu libertad está
condicionada, no es una libertad total. decis que podes hacer cualquier cosa
que se te antoje pero ¿podes explicar el origen de tus deseos? El sapo puede
creer que es libre, solamente porque puede elegir cual insecto se traga o no se
traga; pero alguna vez ese sapo se ha preguntado ¿Quién controla sus deseos?
¿de dónde proviene su gusto por los insectos? ¿Por qué el buey prefiere comer
pasto y el león carne?
–Bueno tampoco vamos a
comparar al hombre, la cúspide de la creación con un vulgar y rugoso sapo;
¡nosotros vamos mas allá, podemos distinguir entre lo bueno y lo malo! ¡Y no me
vas a decir que el gusto por la maldad proviene del Eterno!
–Vaya, vaya, una paradoja;
sin embargo, allí está el detalle, como dijo mi estimado Mario…
¡Dadle al hombre la
ilusión del control, hazle creer que él decide, pero instala un patrón en sus
genes y una idea en su mente y terminará haciendo lo que tú deseas.
–Ya decía yo nada bueno se
saca de hablar con Lucifer. ¿estás insinuando que el hombre es malo porque Dios
puso en él una semilla de maldad? El león juzga por su condición, vos como sos
malo todo lo ves así.
–¿malo yo? ¿Acaso fui yo
quien hizo al hombre? desde pequeño te enseñaron a ver la vida en blanco y
negro, pero si ves a tu alrededor te darás cuenta que el universo es una
explosión de color y escalas de Grises, ¿pero quién puede decir donde comienza el
blanco y termina el negro? ¿Quién puede decir termómetro en mano en que momento
termina el calor y comienza el frio? ¿podrá algún ser viviente señalarnos la
frontera entre el dolor y el placer? Todo, es relativo, porque todo esta
enlazado, de la mano.
–Eso es imposible –le dije
mientras veía con preocupación mi reloj bañado en oro.
–¿Lo ves todos los días y
aun así le llamas imposible? ¿tu eres bueno?
–Eso trato
–¿si o no?
–No.
–¿Tu eres malo?
–No.
–¿ves? El hombre es el
fiel de la balanza, no hay nadie completamente malo, o alguno completamente
bueno. Tu Señor mismo le dijo a uno ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno lo es, el
Ying Yang oriental es una analogía que representa las fuerzas enlazadas en la
cúspide de la creación divina. ¡Por eso es que a mí me gusta el hombre, yo
admiro al hombre! (Si, lo dijo así, igualito que en la película) Yo no quiero
corromper al hombre soy nada mas un simple espectador que de vez en cuando si
se le pregunta puede dar su humilde opinión. ¡El hombre es un Dios caminando
sobre la Tierra, pero también es un demonio cuando se lo propone!
–Bueno en todo caso, si
podemos elegir–le dije sintiendo que había ganado esa mano.
–Volvemos a lo mismo, hay
hombres buenos y malos ¿pero quién puede definir porque se inclina hacia uno u
otro lado? ¿o podrá alguno decir cuál es el lado correcto?
–Eso es sencillo de
responder, solo hay uno bueno: Dios. Ergo, nada mas debemos preguntarnos ¿de
dónde procedemos? Así sabremos cual es el lado correcto.
–Debo admitir que tu
intelecto está por encima de la mayoría de los mortales, aunque también has
leído bastante y algunas de tus ideas están condimentadas con la mente de los
grandes filósofos que ha parido la raza humana…
–Por favor Lucio, no querrás
engañar a un mentiroso, ya deja la zalamería, la vanidad no es lo mío.
–Perdón, eso lo hago por
inercia…Tu respuesta es elocuente pero tiene una grieta…
–¿cual?
–El movimiento de la
energía... ¿en qué dirección se mueve?
Era obvio no hablaba con
cualquiera. después de todo mas sabe el Diablo por viejo que por diablo y esa,
era una pregunta que no quería responder, así que para ganar tiempo trate de
eludirla.
–Bueno tampoco estamos
hablando de una batería, no hablamos de energía eléctrica
–Je, je, je, eso no va a
funcionar, vos podes tocar un árbol, una roca, el agua de un rio y decís esto
es materia porque lo puedo tocar, pero eso sería tan superficial como decir que
el hombre es simplemente carne y no un compuesto de órganos y estos a la vez
una agrupación de células, que al final vienen a ser lo mismo… energía en
movimiento. Átomos agrupados de tal forma que los podes sentir con igual o
mayor intensidad, todo es energía, así que decime de una buena vez
¿en qué dirección se
mueve?
–En la dirección contraria
a su origen.
–¡Exacto, ese es el viaje,
en eso consiste el juego!
–Pero nada es lineal, todo
debe volver al origen aunque pase por el valle de las sombras, siempre habrá
oportunidad para volver a la fuente, no importa lo bajo que se haya caído.
El diablo guardo silencio,
se quedo viendo su taza casi vacía por un rato, casi podía leer lo que pensaba
pero no dije nada, después de todo, una buena conversación no consiste nada más
en hablar sino en saber cuándo callar.
Levante la mano y recorrí
con la vista el salón, donde muchos comían y otros revisaban sus correos o
simplemente esperaban que amaneciera un poco antes de continuar su camino quien
sabe dónde.
–Por favor, si es tan
amable denos mas café –dije al mesero roba propinas que estaba parado frente a
nosotros- Y un paquete de galletas, pero envueltas para llevar.
Había visto un grupo de
indocumentados, sentados en la acera frente a las letras neón del
establecimiento, quizá no hubieran comido.
–Leí por allí en uno de
esos libros prohibidos que el universo es mental. ¿Qué opinas vos? –preguntó
para cambiar de tema- supongo que aquello ultimo lo había tocado.
–Desde el principio de los
tiempos, antes que Constantino tergiversara todo, el hombre ha visto a Dios en
cada partícula, hoja, rio, montaña, y el mismo David alguna vez dijo: “los
cielos cuentan la gloria de Dios” y si recordás la carta a Los atenienses “en
él somos, vivimos, y nos movemos.” Tendríamos a fuerza que aceptar que quizá
efectivamente seamos un pensamiento en la mente de Dios.
–Veo que has leído mucho
el sagrado libro, y eso que no pudiste leer todo lo que Constantino le quitó.
–¿vos si?
–Todo, pero no necesito
leerlo yo estuve allí. ¿querés que te cuente algunos cosas que nunca se
escribieron?
–Mejor no, así está bien,
a veces el conocimiento pesa mucho, mientras más sabes mas sufrís.
–Todo tiene un precio, a
menudo lo que poseemos terminamos pagándolo con lo que perdemos –suspiró.
–Adán por tu culpa perdió
el paraíso.
–¿por mi culpa? Yo no lo
forcé a nada fue su mujer la que lo timó.
–¿Bueno y a su mujer
quien?
–Solo estábamos platicando
asi como ahora, pero ella… bueno ya sabes como son, quería saber más, que no se
qué y que no se cuanto.
–¿por cierto cual era la
fruta prohibida? ¿la manzana?
- Ja,ja,ja,ja,ja ¿la
manzana? No hombre, el señor ese que pintaba ¿Cómo se llamaba? Fue el de esa
estúpida idea.
–La fruta prohibida es el
conocimiento ¿no has leído bien? ¡Mientras más sabes mas te alejas del paraíso,
el hombre perdió todo por su insaciable apetito de conocimiento!
–No me gusta el génesis,
lo siento, lo he leído al paso, por obligación, de todos modos es una lástima,
yo personalmente siempre creí que el fruto prohibido era el Café, y que el
paraíso estaba en Colombia.
–Je,je,je ¿el café, y el
paraíso en Colombia? ¡buena esa!–Dijo mientras lo apuntaba en una pequeña
libreta.
–Ya dejando la guasa de
lado y si todo esto es un pensamiento… ¿Qué sos vos? ¿un pensamiento en la
mente de Dios?
–No hombre, no, yo ni
siquiera existo para Dios. Yo soy un pensamiento del hombre, una creación de la
mente colectiva.
–¿un pensamiento dentro de
otro? ¿Cómo cuando soñamos que soñamos?
–Algo así, una simple
excusa de niño para justificar sus malas acciones, el hombre me creo porque me
necesita, así como Dios creó al hombre para reflejar su soledad.
–¡Estás loco Satanás!
¿Quién te dijo que Dios esta solo?
***
–¿Hola ché, como te va?
–¿Bien bastante bien, y a
vos Azapel?
–Bien… ¿con quién
hablabas?
–No hagas caso con nadie,
solo pensaba en voz alta, a veces es bueno, deberías intentarlo.
–Pero por favor sentate.
¿has probado el café colombiano?
13 septiembre 2014
(…Porque no hay verdad en
él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla; porque es mentiroso, y padre de
mentira. Juan 8:44 )
—Miguelan.
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