miércoles, 13 de diciembre de 2023

LA NOTA

 LA NOTA

(Cuento)

hombre con barba fumando filtro oleo
— ¡Buenas noches Miguelan!

— ¡Buenas noches Lucifer! ¿Qué hace el señor oscuro en mi humilde casa?

— ¡Siempre zalamero! ¿Cuándo fue que te enseñé eso?

— ¡Eso me lo enseñó José Larios no fregués!

—Bueno es casi lo mismo…

— ¿En qué vueltas andas? ya sabes que no tengo permitido hablar con vos, te lo dije el otro día, cuando lo del terremoto pero por lo visto te has empeñado en hacerme caer…

—Me interesa un comino tu alma, tengo muchas más y no te ofendas pero a veces me resultas aburrido y poco interesante. ¿Te imaginas que solo porque sos articulista ya perteneces a la élite literaria? Aprendé de Pinkas ese, el sí que es humilde, y no reniega como vos cada vez que lo visito.

— ¿Visitas a Pinkas?

—A veces…

El comentario me disgustó en sobremanera. Al menos estaba seguro, que mi alma no corría peligro esa noche; pero disimulé, no quería aparentar debilidad. Así que tosí un poco para limpiar la garganta de alguna flema imaginaria.

—Eso me alivia un poco…

—No me lo parece…

— ¿Te puedo ofrecer algo de beber?

—Por favor… me di cuenta que de Italia hace poco te llegó un Fravolino…

—Veo que tienes buen gusto, dame un segundo… Si no te interesa mi alma y como dices “soy poco interesante” me llena de curiosidad saber en qué te puedo ayudar. –le dije mientras servía en una copa “Napoleón” el espumoso Vino.

—Vos tenés un blog, bastante popular que escribís para un periódico- dijo mientras miraba con atención la letra color dorado que decoraba la copa…

— ¡Ja, ja, ja, ja, ja!

— ¿Que te causa tanta gracia?

—Vos, me causas gracia, imagínate nada más: Satanás en Internet… perdóname pero es que no te imagino con un laptop chateando con Fidel, Hugo Chávez o algún Dictador del viejo mundo…

— ¡Ah Fidel! -dijo el Diablo, mientras cerraba los ojos como quien recuerda algo exquisito- El señor de la Habana es un viejo amigo, con quien tengo algunos negocios, y Huguito, apenas está en pañales; pero de momento no vienen al caso, y por favor no me vincules con dictadores del viejo mundo, no tienen clase…

— ¿Bueno entonces sí tenés una laptop y navegas en la web?

— ¿Y porque no habría de tenerla? Ustedes los hombres siempre nos marginan y nos ponen reglas…

—Y… ya viste mi blog eh…

—Si, miles de visitas hasta hoy, pero no me gusto la música de fondo…

— ¿Enya?

—Vos sabes a veces uno quiere ser discreto y de repente ¡zas! suena la música…

—Bueno pero para eso podes detener el reproductor, o en su defecto apagar las bocinas de tu laptop… por cierto me gustaría saber que marca es…

Por motivos que me reservo no voy a decir la marca de la computadora portátil del señor de las tinieblas, aunque creo que ya todos se lo imaginan.

No, no piensen mal de este servidor, no es muy usual que yo reciba visitas de Lucifer, hasta esa vez solo se había presentado en una ocasión y con motivos muy diferentes, y aunque soy cristiano no me pareció en un principio tan mala gente, pero creo que eso es parte de su estrategia.

—Bueno, estas aquí pero no me has dicho el motivo por el cual has hecho tiempo en tu apretada agenda…

— ¡Y vaya que sí es apretada! Necesito un ayudante… ¿Qué harás el finde?

— ¡Aparta Satanás! ¿Por qué no pides ayuda a tus secuaces?

—Secuaces… se distraen con facilidad, la mayoría de veces me toca a mí acabar todo, algunos humanos son mucho más malos que ellos…

—Tenés razón, bien dicen, si quieres algo bien hecho…

— ¡hazlo tu mismo! ¿Quién crees que inventó ese refrán?

El Diablo se levantó un poco la manga de su camisa de seda color azul marino para ver la hora en un precioso Rolex, intuí que quizá debía irse pero solo sonrió y enseñándome el carísimo reloj me dijo:

—Me gustan las cosas que hacen los hombres, no es que necesite de ellas, lo que sucede es que las disfruto bastante, figúrate que hasta viajo en primera clase, aunque podria solo aparecer donde quiera.

—Nunca había visto uno de esos – le dije – bueno solo en fotos

—Si te gusta puedes quedártelo…

—No, gracias. No podría explicar su procedencia a mi mujer, además yo soy como el pastor de estrellas…

—“…Ignorante e ignorado por todos.” Es una frase para conformistas

— No lo creo.

—Entremos en detalle; he leído tu blog muchas veces desde febrero, creo…

— ¿Alguien te lo recomendó?

—No, nadie andaba por allí gogleando y ya ves, me topé con el por casualidad, por cierto me encantó lo que escribiste sobre el vino y todo eso… deberías poner un espacio para que firmáramos los lectores…

— ¿Cómo en El Salvador Times? Lo tendré en cuenta.

— ¡Exacto! Vaya que me divierto de lo lindo leyendo los comentarios, sobre todo al Perrón... ese no tiene pelos en la lengua, se parece a mí.

—Je,je, je, je si verdad, me imagino que Lino te cae mal, por su devoción religiosa… y como vos sos el Diablo…

— ¿Lino? Jajajajaja, ese es mío… pero Pará ya y déjame continuar, puede ser que El se moleste si por mi causa te dormis y no vas a maitines.

—Bien, continúa, trataré de no interrumpir…

—Veras, tú tienes un blog que es leído por miles de personas en el mundo…

—¡Eso no es nada, algunos tienen millones de seguidores!

—Es cierto, pero a mi me gusta tu estilo, y quiero echarte una mano.

—Lo siento no puedo -respondí recordando el dicho: mal paga el Diablo al que bien le sirve- si querés te doy el numero de Romilo...

— ¡Yo no pago nada a nadie, solo cobro lo que cada cual escribe en mis contratos! Además ese periodista me cae mal por egocéntrico, el otro día en el Lempa mató a un secuaz que se había disfrazado de cocodrilo y me arruinó sin querer un gran plan… esto es sencillo quiero que escribas algo en tu columna, no es nada del otro mundo solo un par de cosillas sin importancia para tu alma, puedo darte lo que quieras.

— ¿De qué se trata?

El señor oscuro extrajo del bolsillo interno de su saco una servilleta, en la que se veía escrito con letras como de fuego un mensaje no muy extenso.

— ¡Esto te volverá famoso!

— ¿En una servilleta? ¿No tienes una agenda o algo por el estilo?

— ¡Perdón señor meticuloso, si le ofende esta servilleta! La idea se me ocurrió mientras almorzaba en el Burj Al Arab… ya sabes, yo admiro al hombre.

—Bueno… siempre y cuando no me meta en problemas…—a ver esa servilleta— le dije de mala gana y comencé a leer.

Mis ojos poco a poco se fueron abriendo como platos mientras recorría las palabras escritas con perfecta caligrafía. El señor del frac me miraba con disimulo mientras terminaba de beber el último sorbo de Fravolino de la transparente copa.

Mis manos comenzaron a temblar y mi corazón se aceleró, bruscamente cuando acabe de leer. No podía imaginar que era cierto aquello, por un momento pensé en el alboroto que causaría aquel mensaje cuando fuera publicado.

¡Aquello que leí era algo como para quemar las entrañas mismas de la sociedad, era una declaración de guerra contra la fe, posiblemente la mecha que encendería el polvorín del Armagedón, incluso terminaba con una ecuación!

La servilleta cayó de mis manos…

— ¿Lo vas a escribir? – Me preguntó mientras ponía la copa sobre la mesita de madera-

—No lo sé… eso podría tener consecuencias graves para la humanidad… y para mí.

—Bueno lo prometiste

— ¡No! Solo dije que lo haría si no tenía consecuencias.

—Piénsalo, ya debo irme y debes descansar… tendrás millones de “likes”

De pronto todo se difuminó, como en un cuadro de Da Vinci, y me vi sentado en el sillón de la sala frente a una copa vacía.

En el suelo yacía tirada una servilleta inmaculada.

 

—Miguelan.

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